Hold your breath...

¿Alguna vez te has sentido como en un cementerio sin lápidas?, caminar sobre algo que ha sido importante para otras personas, sin dejar constancia... Algo que efímeramente huye de tus pensamientos como los gusanos huyeron de esos cuerpos hace tamto tiempo. Piensas que brizna de esta hierba se ha alimentado de los sueños de alguien que soñaba lo mismo que tú, cuál de estas rosas se nutre de la belleza de alguien que amó y pudo ser amado, piensas cuanta gente ha regado esta hiedra con sus lágrimas para que ahora nadie recuerde cuál fue la razón de su dolor. Y te preguntas ¿qué es la vida sino un conjunto de mecanismos que se nutren con la sangre de nuestras ilusiones para después caer sin cumplir ninguna de ellas? ¿ De qué sirve vivir si luego terminas así? Así, en un cementerio sin lápidas.

You get me closer to God...

Tu odio aumenta mi ego hasta límites increibles. Eso demuestra que en algún momento me quisiste, y ahora, tus heridas duelen tanto que te resulta imposible dejar en el fondo oscuro de tu mente mi recuerdo y me llevas hasta el rincón sádico en el que recreas mi muerte una y otra y otra vez. Y eso te hace aún más daño. ¿Me odias porque no puedes amarme o me odias porque ya no te amo?
Fuimos tan grandes que hasta la misma Babilonia nos envidiaba. ¿Me añoras?
Lo noto en tus miradas de odio, que esconden las de desesperación.
¿Acaso puedes vivir sin mí? ¿O te llevaba demasiado alto como para olvidarme?