O siguen soñando, escribiendo a princesas imaginarias de cristal. Los poetas desaparecen, casi tanto como el amor de este mundo. A lo mejor es por que las musas se intoxicaron con tanto teólogo desmintiéndolas.
La inspiración dejó de funcionar ya que nos dan explicaciones a todo, y en el mundo de hierro y asfalto que construimos las ninfas se aferran a sus árboles como yo me aferro al amor al que cantaban los poetas antaño.
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