Son las seis y diecisiete del día anterior a mi quince cumpleaños, y como siempre nunca pasa nada.
Este sol aletargado por las tardes de invierno entra por la ventana mientras pienso en lo absulotamente jodida que estoy. Ahora mismo lo único que tiene sentido es ponerme de frente hacia ese sol justo en el quicio de la ventana y dar un ligero paso al frente. Quinto piso, una Shadow debajo... Sería tan simple.
¿Alguna vez te has sentido cómo si no sirvieses para nada? Yo sí. Y esa ventana es muy tentadora. Pero voy a sobrevivir a este maldito martes por la tarde. Lo juro.
Dejemos de hablar de mi suicidio inminente. Pasemos a hablar de ella. Ella. Mi ruina.
Un día se volvió arena y se escapó de mis manos. Mi vida quedó vacía sin ella. No hubo nada. Fue mi Todo y mi Nada durante un año. Empiezo esto, en este bello anonimato, sólo para que no se quede en el olvido. Que todas mis reflexiones estén a un clic de la pantalla y mi cerebro. Mañana empiezo una nueva vida, en la que la ventana sólo servirá para mirar cómo me sonríe la vecina de en frente.
Ahora mismo en mi cabeza hay únicamente dos cosas. Mañana y Alice in Psycholand.
http://www.youtube.com/watch?v=r0QzV9Gy6B0&NR=1
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